Algunas decidimos ser madres de otros seres humanos, de crearlos y criarlos para que nuestro mundo sea mejor, de asumir la hermosa y poderosa responsabilidad de intentar hacer su vida más bella para que ellos puedan replicarla fuera. Otras decidimos ser madres de proyectos, de emprendimientos, de ideas que concretamos poco a poco en un embarazo que nunca termina y que no dejamos de parir. Otras tantas, estamos creando todos los días y cotidianamente aún sin ser totalmente conscientes de ello y así logramos que el mundo siga renaciendo.
Todas, mujeres, por nacimiento o decisión, danzamos el sagrado baile de la vida que nos convirtió en estas abundantes semillas para que la vida permanezca.
¿Todas estamos destinadas a ser madres?
Todas lo somos.
¿Qué es ser madre?
Ser terreno fértil, abrazar la semilla, cuidarla, nutrirla, crecerla, parirla y seguirla nutriendo, indagarla, escucharla en el silencio, verla en la oscuridad y abrazarla sin cuerpo. Estar siempre sin someter, ser cimiento sin peso, respiración propia en un espacio libre. El saltito del primer vuelo, la mirada de confianza, la exaltación de la vida.
Y todas lo somos.
Porque ser madre no es una decisión, es una condición natural.
Porque sintamos el instinto de hacer de nuestro útero el lugar de creación humana o no, no podemos ser algo más que creación, con lo que haya, con lo que encontremos, con lo que tengamos.
Algunas (con más Vata), les basta ser madres de ideas, puentes de inspiración y volar regalando sueños de mundos imposibles.
Otras (con más Pitta), dueñas de proyectos y emprendimientos, mujeres orquesta que logran dirigir sinfonías de acciones para concretar lo inexistente a través de planes que hagan que bajar la luna tenga fecha y hora.
Unas más (con más Kapha), nutriéndose y nutriéndonos, sin reservas y sin condiciones, regalando miradas de amor, abrazos de contención y palabras de aceptación, escucha compasiva y paz en calma, nido al cual llegar y estructura de construcción. Abejitas trabajadoras de la vida que saben que de nada sirve un sueño o un plan sino empieza a construirse.
Estamos destinadas no sólo a florecer sino a seguir dando frutos, a que nuestros hijos/proyectos cambien la realidad y el mundo, a seguir dejando nuestras semillas dispersas por la mente y los corazones de los demás. Y lo sabemos. Por eso somos las primeras en terapias, en cursos, en retiros, las primeras que buscamos sanarnos porque nuestra alma nos dice que una palabra nuestra se convierte en vida en un instante, que un sueño empieza a realizarse en el momento en que suspiramos y que somos creadoras de todo.
Asúmete como madre, estén ocupados tus senos o no, con o sin útero, con o sin proyecto, pero asúmete. Madre de vida, madre de ti, madre de la vida misma.
Esta nuestra creación es para ti.
Hola" que belleza todo esto... y en realidad yo me identifico con las tres formas de ser madre y dar vida, Vata ... siempre en el mundo de la fantasía y sueños, Kapha... nutriendo, abrazando, regalando y dando contención, y Pitta, resiliente, activa, creadora, atrevida. Gracias por tan bella creación